Querida Familia Maquehue:
En estos momentos de preocupación, me he tomado un momento para poder compartir algunas reflexiones y hacerlas extensivas a toda la Comunidad Educativa.
Son tiempos complicados, de miedos e incertidumbres. Es cierto: no podemos ocultar el sol con un dedo. Pero también es el momento para valorar muchas de las cosas: los lazos familiares, la seguridad de un plato de comida, la calidez del hogar, las amistades. Revalorizar: la conversación cara a cara -tan marginada con las redes sociales-, el sentir de un abrazo de un amigo o amiga, o tal vez el hacer vida en sociedad. Ciertamente, debemos repensar nuestras prácticas y nuestras vidas.
En primer lugar, me dirijo primero a nuestras familias: a los apoderados, madres padres, abuelas y abuelos, tías y tíos, hermanas o hermanos que cumplen el rol de tutores de nuestros estudiantes. Sepan ustedes que cada decisión que tomamos son profundamente analizadas por el Equipo docente y que todas aquellas son orientadas hacia el Bien Común. Ese es nuestro compromiso: velar por su bienestar multidimensional y por entregar a los estudiantes una educación de calidad, humanizadora y oportuna. Acompáñennos y apoyen nuestra misión.
En segundo lugar, a nuestros estudiantes: ustedes saben mejor que nadie que, desde el momento que los recibimos hasta el último día que son parte de nuestro Liceo, tenemos por misión su formación integral, tanto académica como personal: desde los contenidos hasta los valores. Hoy, aunque no estamos en el aula, seguiremos velando por su formación. Por ello, les decimos que todo lo entregado es para poder dar cumplimiento a estos objetivos.
Familias y estudiantes: dificultades siempre van a existir. Antiguamente, muchas personas de nuestras familias -quizás ustedes mismos- tenían que ir sin zapatos y caminar 4 o más kilómetros para estudiar, además de trabajar, sin luz eléctrica y muchas veces sin comida. Pero igual se lograba. Hoy tal vez es el acceso a internet. ¿Vemos la diferencia? Como diría el gran Martin Luther King: «Da el primer paso con fe. No tienes por que ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño».
Por último, me dirijo a mis colegas, profesores y asistentes de la educación. Son un equipo fenomenal, con gran calidad humana, comprometidos y con verdadera vocación. Han hecho un gran trabajo en estos tiempos aciagos: sus actos hablan más que las palabras y dan fe de lo que digo. Solamente tengo sentimientos de agradecimiento por su labor. Sé que continuaremos dando lo mejor de nosotros, pues hemos sabido luchar contra las adversidades innumerables veces, y esta no será la excepción. Ahí estaremos, de pie, con fuerza y mirando de frente.
Querida familia, saldremos adelante, todos juntos. No dejaremos a nadie a mitad de camino. Nuestra misión es velar por que todos podamos avanzar en esta escalera.
Afectuosamente,
Jaime Antimil Caniupán
Director.-
04 de mayo de 2020.-